Para encontrar el embrión de Oviedo hay que remontarse al siglo VIII cuando dos monjes, Máximo y su sobrino Fromestano, quizás huyendo de la invasión árabe de toda la península, eligieron una colina del valle central asturiano, limitada por riachuelos, para fundar un monasterio en honor a San Vicente. Aquella zona era llamada entonces Oveto, un nombre cuyo significado originario se desconoce, pero en torno al que han ido creciendo las leyendas.
Una de ellas dice que el rey Fruela, considerado el monarca fundador de la ciudad, salió un día de caza junto a unos amigos. A la hora del almuerzo, el rey escogió un lugar idílico, un valle en la falda de un monte. Entonces, surgió una pregunta al monarca: Señor, ¿dónde vas a construir la corte de tu reino? Fruela, sin dudarlo, dijo entonces en latín: Ubi edo, “donde como”.
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(Línea de tiempo sobre la historia de Oviedo)
Iglesia de Santa María del Naranco
Iglesia de Santa María del Naranco
A principios del siglo VIII España fue invadida por los musulmanes. Entre la escasa oposición que encontraron y las reyertas entre nobles visigodos, contrarios al Rey Rodrigo, en solo ocho años lograron ocupar prácticamente toda la Península Ibérica.
Tras la Batalla de Guadalete, en la que muere el Rey Rodrigo, algunos nobles visigodos marchan de Toledo y suben hacia los territorios del norte que, por su abrupto paisaje, aún no habían sido conquistados. Fue el caso de Don Pelayo, que llegó con otros nobles a Cangas de Onís en el año 717. Allí pasó 4 años preparando la Batalla que lo iba hacer pasar a la Historia, “La Batalla de Covadonga”. Quizás no haya sido una batalla tan grandiosa como tradicionalmente se ha contado, pero si se sabe con seguridad que tuvo lugar esa batalla, según consta en el Testamento de Alfonso II 'El Casto', siendo el primer lugar de la Península en el que se hicieron retroceder a las tropas musulmanas.
De ese modo surge un pequeño reino que poco a poco irá recuperando los territorios perdidos.
En el siglo VIII, según iba creciendo el reino astur, surgía la necesidad de trasladar la capital de ese reino de Cangas de Onís a un lugar más céntrico. Al Rey Fruela, Oviedo le pareció un buen lugar. Donde hoy se encuentra la Catedral del Salvador, comenzó a construir su palacio, pero una incursión musulmana, acabó frustrando sus planes.
Maqueta del Palacio de Alfonso II 'El Casto'
Maqueta del Palacio de Alfonso II 'El Casto'
Fue su hijo Alfonso II 'El Casto', quien años más tarde, funda la ciudad de Oviedo y traslada a ella la capital del Reino. Construye su palacio y tres iglesias donde su padre ya había comenzado el proyecto, también un hospital, canalizaciones de agua y una muralla.
De ese periodo se conserva la Cámara Santa, con la cripta de Santa Leocadia, parte de la torre de San Miguel y el ábside con ventana trífora de San Tirso.
Cripta de Santa Leocadia
Cripta de Santa Leocadia
Este Rey también construyó un conjunto palatino a las afueras de la ciudad, del cual se conserva la Iglesia de San Julián de los Prados, que tiene su interior totalmente decorado con pintura mural, siendo esta, la mejor conservada de Europa de ese periodo.
Iglesia de San Julián de los Prados
Iglesia de San Julián de los Prados
En la iglesia de San Julián se pueden apreciar las principales características de la arquitectura prerrománica: Planta basilical, transepto, ventana trífora en la cámara secreta, ventanas con celosías, contrafuertes en los muros, restos de la tribuna regia, etc.
A este Rey también se le atribuyen las construcciones de San Pedro de Nora en Las Regueras y Santa Mª de Bendones en las inmediaciones de Oviedo.
En cuanto a la orfebrería prerrománica que se custodia en la Cámara Santa, Alfonso II fue quien mandó realizar la Cruz de los Ángeles, hecha de madera y cubierta de oro y piedras preciosas, símbolo de Oviedo.
Tras 50 años de reinado, lo sucede en el trono el Rey Ramiro I. Pasó a la historia como el Rey constructor, tanto por los edificios que construyó como por las innovaciones arquitectónicas que se incorporaron en ese periodo.
Mandó construir los monumentos prerrománicos del Monte Naranco, Santa María y San Miguel de Lillo. Estos edificios se construyeron con gran esbeltez, estando además toda la planta abovedada.
También se construye en este periodo Santa Cristina de Lena, conocida por su iconostasis.
Iglesia de San Miguel de Lillo
Iglesia de San Miguel de Lillo
El último rey que tuvo su sede en Oviedo fue Alfonso III. Construyó su palacio y torre defensiva en las inmediaciones de la catedral y la plaza Porlier, aunque su obra más importante fue el Conventín de Valdediós en Villaviciosa.
A este Rey también se le atribuye la fuente de Foncalada, único monumento civil que se conserva en Oviedo y fue quien mandó recubrir la Cruz de la Victoria que Pelayo llevó en Covadonga, de oro y piedras preciosas, convirtiéndola en el símbolo de Asturias.
Tras su muerte en el año 910, sus hijos trasladaron la corte a León.
Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano
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En Oviedo no valen las visitas fulminantes. Conocer la “Vetusta” de la que habló Leopoldo Alas Clarín en La Regenta requiere callejear.
La Regenta
La Regenta
El casco antiguo de la capital asturiana es también el epicentro de la ciudad.
Tomar una sidra en la plaza del Fontán, comprar en el mercado, visitar la Catedral, serpentear por las callejuelas cercanas a la basílica, o regalarse un tiempo para recorrer las plazas con más tradición son algunas de las bazas imprescindibles para conocer en profundidad la esencia de Oviedo.
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Vista de Oviedo desde el Naranco
Vista de Oviedo desde el Naranco
La historia de Oviedo nace en la falda de un monte, el Naranco, que aún hoy parece proteger a sus habitantes.
Bajo sus 635 metros de altura crece incesantemente la capital del Principado y es en su falda donde se guarda una de las mayores joyas de Asturias, dos de los mejores ejemplos del prerrománico asturiano, declarados en 1985 por la UNESCO “Patrimonio de la Humanidad”: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.
El Naranco, a tres kilómetros del centro de la ciudad, que fue campamento militar romano, residencia real o campo de batalla, continúa siendo hoy un referente para los carbayones, que no dudan en subir, bien para disfrutar de las increíbles vistas de la ciudad, bien para hacer deporte o comer al aire libre.
Rica, variada y contundente. Así es la gastronomía que Oviedo comparte con Asturias, aunque con singularidades propias. Quienes nos visitan lo valoran como uno de los atractivos del municipio. La gastronomía en Oviedo tiene dos pilares. Por una parte, la calidad y variedad de los productos criados, cultivados, cosechados y capturados en un territorio que tiene a un paso mar y montaña, ríos y huertas de los valles. La otra base está en la calidad y puesta al día de los establecimientos de hostelería en sus locales, en quienes guisan y en quienes atienden al público. De ahí la “receta” del éxito. Pruebe, será un placer.
Web del Ayuntamiento de Oviedo
Mercado del Fontán
Mercado del Fontán
La actividad comercial ha marcado la historia de Oviedo, una ciudad de servicios.
La capital fue y sigue siendo sinónimo de comercio de calidad y atención personalizada, con una oferta muy amplia. Ir de tiendas en Oviedo es poder disfrutar de todo un universo en el que se encontrará desde grandes almacenes y franquicias a comercios tradicionales, con muchos años de experiencia y que sin embargo han sabido adaptarse a los nuevos gustos y usos del consumidor. El comprador encontrará una gran variedad de productos y un trato amable en el que los comerciantes se convierten en auténticos anfitriones para el viajero.
Ropa y complementos -bolsos, zapatos, sombreros, paraguas…- son seguramente el producto con mayor número de tiendas en una ciudad que siempre ha tenido fama de buen vestir.
Esta es también una ciudad de buenas librerías y con una importante implantación de tiendas de decoración y de artesanía, en la que también encontrará una variada oferta en óptica, perfumería, floristería, menaje, artículos de deporte, telefonía, agencias de viajes…
Para el viajero, los productos gastronómicos pueden ser una buena opción de compra con la que además podrá disfrutar en su vuelta al destino de un recuerdo de su visita, incluso para compartir con familia y amigos. Compre en el mercado (del Fontán) o en alguna de las muchas tiendas especializadas, donde además le asesorarán sobre los productos y/o su preparación. No olvide tampoco que en Oviedo hay magníficas confiterías.
Web del Ayuntamiento de Oviedo
Edificio La Jirafa
Edificio La Jirafa
La ciudad de Oviedo fue fundada en 761 sobre una colina situada en el cruce de caminos que unían, de norte a sur, León con Lucus Asturum, la actual Lugo de Llanera, pasando por el puerto de Pajares, y el que se dirigía al oeste en dirección a Galicia. La colina, en ese momento desierta, llamada Ovetao u Oveto fue ocupada por los monjes Máximo y Fromestano, quienes construyeron un monasterio que dedicaron a San Vicente -una placa recuerda esta ubicación-.
En torno a él se fue levantando la ciudad en una estructura redonda y limitada por varias puertas de entrada a la ciudad, “el Oviedo redondo”. Desde 2012 Oviedo se organiza en distritos que facilitan su gestión desconcentrada.
La arteria de la ciudad es la calle Uría. Una placa en esta vía recuerda el punto exacto donde se ubicaba El Carbayón, el roble centenario derribado en 1879, con bastante polémica y que, desde entonces da nombre al gentilicio popular de “carbayones y carbayonas”, para llamar a los ovetenses. Un pedazo del tronco de El Carbayón se conserva en el Ayuntamiento de la ciudad.
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Museo de Bellas Artes
Museo de Bellas Artes
El Museo de Bellas Artes de Asturias, ubicado en la calle de Santa Ana, es el gran museo de Oviedo. La colección del Museo de Bellas Artes de Asturias se formó originariamente a partir de los fondos de la antigua Diputación Provincial y del antiguo Museo de Pinturas de la Academia Provincial de Bellas Artes de San Salvador de Oviedo. Desde entonces se ha ido incrementando a través de adquisiciones, donaciones, legados, depósitos y daciones, entre las que destaca especialmente la dación en pago de la Colección Pedro Masaveu Peterson.
Gracias a todo ello, el Museo cuenta en la actualidad con una de las mejores colecciones públicas de arte de España, integrada por más de 15.000 piezas que abarcan desde el siglo XIV hasta el XXI y que incluyen nombres tan destacados como los de El Greco, Zurbarán, Ribera, Murillo, Goya, Sorolla, Piñole, Valle, Aurelio Suárez, Luis Fernández, Picasso, Dalí, Miró, Tàpies y Barceló.
A pocos metros, en la Catedral, se ubica otro de los grandes museos de la ciudad: el Museo de la Iglesia. Creado por el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, se inauguró en 1990 y está situado en el piso alto del claustro catedralicio, de estilo barroco y construido sobre el piso bajo de estilo. Se accede al museo por la puerta lateral de la Catedral llamada "La Puerta de la Perdonanza" situada en el Tránsito de Santa Bárbara hasta el vestíbulo del museo situado en unas salas de origen prerrománico.
La visita al museo incluye la Cámara Santa de la Catedral donde se guardan las cruces de la Victoria y de los Ángeles, símbolos de Asturias y de la ciudad de Oviedo respectivamente, la Caja de las Ágatas y el Arca Santa que contiene un gran número de reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario.
También merece una visita el Museo Arqueológico de Asturias, ubicado en el antiguo claustro del convento de San Vicente de la ciudad de Oviedo. Este edificio, cuya rica historia lo relaciona con el origen de la ciudad, fue declarado monumento nacional en 1934. Ampliado en 2011, el Museo Arqueológico ofrece un recorrido al tiempo pretérito y permite conocer el devenir de la ocupación humana en el territorio de la actual Asturias a través de utensilios, armas y adornos realizados en distintos materiales.
Museo Arqueológico de Asturias
Museo Arqueológico de Asturias
A pocos metros de los monumentos prerrománicos de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, se ubica el Centro de recepción e interpretación del Prerrománico que permite al visitante realizar un recorrido a través de las distintas etapas del arte prerrománico, vinculadas a la propia evolución política del reino astur, entre los siglos VIII y X.
VISITA "OVIEDO, UN MUSEO EN LA CALLE"
Web del Ayuntamiento de Oviedo
Cascadas de Guanga
Cascadas de Guanga
Oviedo no es solo casco urbano
El municipio atesora rincones en los que la naturaleza es el mayor de los atractivos. Los meandros que el río Nora forma a su paso por el pueblo de San Pedro de Nora y hasta su unión con el Nalón en el embalse de Priañes, constituyen una formación hidrogeológica que bien merece una visita. Este Monumento Natural marca los límites entre los concejos de Oviedo y Las Regueras.
Otro de los rincones naturales dignos de una visita son las cascadas de Guanga o Buanga, con una ruta que parte del pueblo de San Andrés de Trubia, transcurre por bosques de vegetación autóctona y sigue el cauce del río Buanga, teniendo que salvar bastante desnivel en varios tramos, lo que nos permite disfrutar de unas maravillosas vistas del valle del Trubia.
También de gran valor y muy recomendable es el conjunto histórico de Olloniego, un complejo de edificaciones en el que se reúne una obra religiosa, una obra civil y una obra de ingeniería, vinculadas a un camino y a un manantial natural.
VISITA "OVIEDO DOCE MESES DOCE RUTAS"
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Arco de la Iglesia de San Isidoro
Arco de la Iglesia de San Isidoro
El municipio de Oviedo cuenta con 586 zonas verdes, lo que supone una superficie total de 2.211,030 m2 de parques y jardines. El pulmón de Oviedo es el Campo de San Francisco. Son 90.000 m2 de los que 55.000 son zonas verdes y en los que crecen casi mil árboles, algunos de siglos. La historia del Campo está unida a la historia de Oviedo, su origen se encuentra ligado a la construcción en el siglo XIII, de un monasterio franciscano levantado donde hoy se encuentra el edificio de la Junta General del Principado. El Campo fue en origen un conjunto de huertas propiedad del Cabildo, varios conventos y algunos particulares. En 1534 los representantes de la ciudad y el Cabildo catedralicio decidieron convertirlo en espacio de uso público y a mediados del siglo XVIII se abrió en el eje occidental del Campo, el Paseo del Bombé y en el siglo XIX se levanta el Paseo de los Álamos surge como avenida ajardinada paralela a Uría, cuyo mosaico, el del pavimento, es obra del artista Antonio Suárez.
El Campo de San Francisco tiene múltiples usos. Varias zonas infantiles lo convierten en recreo para los más pequeños. Esculturas y fuentes ornamentales, como La Fuentona y la Fuente de las Ranas o la del Caracol hacen de esta zona un lugar ideal para el paseo o la lectura sosegada. Merece la pena detenerse en el quiosco de la música (1899), obra de Juan Miguel de la Guardia, en la portada románica del viejo templo de San Isidoro o en esculturas como La Torera o los monumentos dedicados a José Tartiere, Clarín o Sabino Fernández Campo.
Sin embargo, es junto al estanque de los patos, donde se ubica la que es ya para muchos uno de los símbolos de Oviedo: “Mafalda”. Desde octubre de 2014 el célebre personaje creado por Quino, premio Príncipe de Asturias en aquel año, ‘contempla’ el estanque. Obra de Pablo Irrgang la escultura “es hermana” de otra ubicada en el barrio de San Telmo, en Buenos Aires.
Al margen del Campo San Francisco existen otras zonas que, debido a sus características, cuentan con la catalogación de “categoría especial” entre las que están: el Parque de Purificación Tomás (Monte Alto) y el Parque de Invierno.
El Parque de Purificación Tomás (213.667 m2) es el de mayor tamaño del concejo. Situado al norte de los barrios de Vallobín y la Florida, en una finca al oeste del Monte Naranco conocida como “Monte Alto”, fue inaugurado en el año 1991. Está asentado en un antiguo castro prerromano y se encuentra en un entorno excepcional y con buenas vistas tanto del Naranco como de la Sierra del Aramo. Dispone de parque infantil, caminos para pasear, merendero y zonas verdes. Además, pone a disposición de los amantes del deporte numerosas actividades como frontón, canchas polideportivas, pista de bicicletas, pista de voleibol y campo de disc golf.
Parque de Purificación Tomás
Parque de Purificación Tomás
El Parque de Invierno (171.368 m2), es el segundo de mayor importancia de Oviedo, atendiendo a su tamaño. Está delimitado al norte por la calle Muñoz Degraín y es el punto de inicio de la Senda Verde que va a Fuso de la Reina, por la antigua vía del ferrocarril junto al río Gafo. Cuenta con amplia variedad de especies botánicas y está configurado con equipamientos de diversa índole y para todos los gustos, como pista de skate, rocódromo, aparatos de gimnasia y circuito deportivo, área de juegos infantiles y mesas de ping-pong. Pero aún hay más, pues los más pequeños de la casa pueden disfrutar en el parque, del conocido Palacio de los Niños, una instalación municipal en la que se desarrollan diariamente juegos y actividades infantiles. Además a su lado hay varias piscinas municipales y a un paso, se encuentran las instalaciones deportivas universitarias próximas a la residencia estudiantil de San Gregorio.
Entre La Ería y Olivares, encontramos el Parque del Oeste (82.032 m2). En sus orígenes fue una zona rural, que hoy en día ha crecido de forma importante. Ello se debe a las mejoras de las vías de acceso traídas de la mano de la construcción del Estadio Carlos Tartiere, casa del equipo de fútbol local, al que se puede acceder de forma directa desde el parque. Pero además, si bajamos ladeando la llamativa fuente ornamental con distribución en terrazas que atraviesa el parque, llegamos fácilmente al barrio de la Florida a través de un complejo sistema de ingeniería a modo de pasarela-puente colgante.
En el barrio de El Milán, en una zona residencial creada en torno al campus de Humanidades de la Universidad de Oviedo, el Parque de Santullano, también conocido como de San Julián de los Prados (17.235 m2).
En el barrio de Santo Domingo, a escasos metros del casco antiguo está El Campillín, un parque en forma de triángulo, delimitado por las calles Padre Suárez y Arzobispo Guisasola, las cuales convergen en el simbólico kilómetro cero de la ciudad, por donde antiguamente accedían a la ciudad los peregrinos camino de la Catedral de Oviedo. El origen del Campillín, se remonta hasta la posguerra, cuando se construyó sobre un solar que dejó libre un bombardeo. Y hasta el siglo XVIII, era conocido como “campo de los Herreros” porque en sus terrenos se asentaba un mercadillo de objetos antiguos que atraía a un público de lo más diverso y que en la actualidad aún se mantiene los domingos por la mañana, como espontáneo rastro donde se pueden encontrar todo tipo de trastos, ropa de segunda mano... Cuenta con una recientemente remodelada área infantil y mesas de ping-pong.
Y a menos de un kilómetro del Campillín, se encuentran los “ocultos” Jardines del Marqués de la Rodriga, conocidos como Jardines de la Rodriga (7.966 m2), que en todo caso, constituyen una escapada a la naturaleza y remanso de paz en plena zona urbanita de Oviedo. Los jardines fueron acondicionados en el año 2003 por el Ayuntamiento, tras su cesión por el Arzobispado. También es el caso del Parque del Hórreo en Colloto (13.350m2), que con abundantes especies botánicas permite disfrutar de un agradable paseo con bancos para descansar, mesas de picnic, piscina y pabellón municipal, así como juegos infantiles para los más pequeños.
En Trubia, se encuentra el Parque Cataluña (5.216 m2), donde además de los equipamientos habituales de parque infantil y paseo con bancos, hay pista polideportiva y mesas de futbolín. Mientras que en La Carisa, encontramos el Parque Ciudad de la Tampa (4.625 m2), en La Monxina, encontramos el Parque Enrique Quirós (4.241 m2) y por último en Priañes, encontramos el Parque Priañes (2.330 m2).
Lista de parques y zonas verdes de Oviedo
Desfile de San Mateo
Desfile de San Mateo
Las fiestas de San Mateo son las fiestas grandes de Oviedo, que no patronales.
El Día grande es el propio 21, festividad de San Mateo, el séptimo día después de la festividad de la exaltación de la Santa Cruz o inicio del jubileo de la Santa Cruz o de la perdonanza.
La historia de las fiestas mateínas en Oviedo es pues la de los peregrinos que visitaban la Catedral y cumplían los requisitos precisos para gozar de indulgencia plenaria. Como la perdonanza concluía el 21 era fecha de fiesta. En la actualidad el 21, es el Día Grande, el Día del bollo, en el que ciudadanos y visitantes ‘toman’ los parques y zonas verdes de la ciudad para comer el bollo preñao o bollo de chorizo. También el 21 se exhibe en la Misa en honor de San Mateo, que se celebra en la Catedral, el Santo Sudario de Oviedo (conocido popularmente como “el pañolón de Oviedo”), una reliquia de la Iglesia que guarda en la Cámara Santa de la Basílica ovetense y que se cree que cubrió el rostro de Jesucristo.
El Santo Sudario se expone, además del 21 de septiembre, el Viernes Santo y el 14 de septiembre.
En San Mateo, la fiesta va por zonas y por horarios, si bien son los chiringuitos, ubicados en la zona antigua, los que aglutinan a la mayoría de incondicionales de los festejos mateínos. La plaza de la Catedral acoge durante los días de fiesta, en torno a unos diez días en función del calendario, conciertos gratuitos y, a pocos metros, en la plaza de Feijoo se instala el escenario del Concurso de Rock Ciudad de Oviedo-Alejandro Espina, al que suben nuevos grupos asturianos. La plaza del Paraguas suele acoger recitales de pequeño formato.
Capilla de la Balesquida
Capilla de la Balesquida
La fiesta de la Balesquida suma siglos de historia. Sus orígenes datan del 1232, año en el que Doña Velazquita Giráldez donó sus bienes “a la cofradía de los sastres y a los vecinos y hombres buenos de Oviedo para distribuir entre los más desfavorecidos de la ciudad”. Desde entonces, los ovetenses celebran La Balesquida, siendo el Martes de Campo, el Día del Bollo, su acto estrella. Actualmente, la fiesta se hace coincidir con el martes de Pentecostés.
La fiesta de la Balesquida constituye una de las celebraciones más tradicionales y antiguas de la capital asturiana. No faltan en el programa de actos, el domingo anterior al Martes de Campo, el Heraldo, conocido también como ‘La Fama’, un jinete vestido de blanco a lomos de un caballo, que acompañado de una comitiva recorre el casco antiguo para llegar hasta la plaza del Ayuntamiento y solicitar permiso de la Corporación para celebrar la fiesta.
La Feria de La Ascensión o L'Ascensión es el homenaje de la ciudad al campo, con la que Oviedo reconoce la labor de los hombres y mujeres de la zona rural.
Esta tradición se remonta, al menos, al siglo XVI fecha en la que se documentan grandes certámenes ganaderos en la capital, con especial importancia de ganado caballar.
Se celebra unos cuarenta días después de la Semana Santa (abril o mayo) y en la actualidad, además de la feria de ganado, se incluye un mercáu astur, en la plaza de la Catedral y alrededores; venta de productos asturianos en La Losa, muestras y desfiles de folclore y un homenaje al “Paisano y Paisana del Año”. La fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, conlleva un menú gastronómico propio compuesto por menestra del tiempo, carne gobernada al estilo de Oviedo y tarta de queso con cerezas.
El desarme Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional
Muchas de las fiestas que conforman el calendario ovetense tienen a la gastronomía como esencia. Reunirse alrededor de una mesa forma parte de la idiosincrasia del carbayón.
El Desarme, una de las tradiciones culinarias y gastronómicas más antiguas de España, es buen ejemplo. Desde hace casi dos siglos, Oviedo lo celebra, cada 19 de octubre, comiendo garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche. Los restaurantes de la capital llegan a servir más de 10.000 raciones en un día.
La base histórica de las Guerras Carlistas ha devenido en leyenda épica con distintas versiones, que no restan mérito a la pacífica victoria que originó la fiesta del Desarme.
La más aceptada asegura que allá por 1856 y a las afueras de Oviedo, uno de los bandos disfrutaba de una copiosa comida que tenía como plato principal garbanzos con bacalao y espinacas, descuido que aprovechó el enemigo para robarle las armas.
Otra interpretación remite al 18 de octubre de 1836, cuando Oviedo logró repeler el más fuerte de los ataques carlistas, tras lo que la ciudad conmemoró su victoria con un menú compuesto por garbanzos con bacalao, origen del plato principal del menú del Desarme.
Incluso hay una tercera versión. Se dice que los ovetenses, sin medios para afrontar un asalto a la ciudad, dejaron entrar a los enemigos y les invitaron "a una comilona" con el consabido y contundente potaje, que les llevó al sopor y a la siesta, momento que aprovecharon para robarles el armamento.
Miles de profesionales acuden cada año a Oviedo para participar en los congresos, convenciones y jornadas que se celebran en la ciudad con una larga tradición en el llamado turismo de reuniones. Se trata del sector MICE, conocido así por sus siglas en inglés (Meeting, Incentives, Congress and Events-Reuniones, Incentivos, Congresos y Eventos) para el que nuestro municipio aporta elementos de gran interés: comodidad, limpieza y seguridad en la ciudad, máxima calidad en los servicios y sedes de alta capacidad y dotaciones.
Oviedo valora los congresos porque nos convierten en un foro de debate sobre cuestiones profesionales de repercusión social; también por la actividad económica que generan en empresas muy diversas -de azafatas, de audiovisuales, de transporte, de traductores, de montajes efímeros... además de en hoteles y hostelería- contribuyendo a su estabilidad y por ello, a la mejora en la calidad del empleo.